De lo divino a lo visual: El sueño y la imagen.
“Father,
O Father, what do we here,
In this land of unbelief and fear?
The Land of Dreams is better far
above the light of the Morning Star”
In this land of unbelief and fear?
The Land of Dreams is better far
above the light of the Morning Star”
William Blake, The
land of dreams
A partir del cuento de
Fiódor Dostoievski “El sueño de un hombre ridículo” estableceremos un análisis
comparativo con la película animada “A Christmas Carol” (adaptación de la
novela homónima de Charles Dickens) con la finalidad de encontrar en ambas una
propuesta sobre el aprendizaje del alma mediante el sueño. Además señalaremos
aspectos importantes como la estética de lo onírico tanto en el cuento como en
la película. Y por último los valores que ambas tramas comparten como crítica
hacia una sociedad industrializada (Londres) y otra abandonada a la pobreza
(San Petersburgo). Iniciaremos, así, con el contexto en el que ambas tramas
aparecen, luego mencionaremos los puntos estéticos desde la narración y lo
animado; y por último el sendero del alma, su aprendizaje y sus valores desde
la filosofía griega.
San
Petersburgo y Londres del siglo XIX
Estas dos ciudades
parecerían antagónicas contextualmente por varios motivos, sin embargo,
señalaremos dos aspectos importantes que nos harán comprender el por qué en dos
sociedades lejanas y distintas aparecería un tema literario particular: El amor
al prójimo. El primero, porque mientras Londres vivía el apogeo de la
revolución industrial y la ciencia -con Newton y el resto de pensadores y
científicos del Siglo de las Luces-, San Petersburgo pertenecía al Imperio Ruso
zarista, bien conocido por el atraso económico de sus habitantes –mayormente
campesinos- a causa de la administración de los zares. El segundo, el énfasis
en el redescubrimiento de lo moral y religioso para tratar de “arreglar” una
sociedad enferma.
Por un lado, tenemos el
caso de Rusia, cuya población estaba dividida por dos clases sociales
remarcadas. Los nobles y los que no lo eran. Desde inicios del siglo XIX el zar
Alejandro I, a causa de su temor a que llegasen las ideas libertarias a Rusia,
crea la Policía Militar Especial,
dedicada a la investigación y represión de los focos subversivos que comenzaban
a aparecer en todo el país. Dicha policía dedicó muchos esfuerzos para
controlar el mundo intelectual, estableciendo una férrea censura en todo lo que
se publicaba. Los grandes autores de la literatura rusa sufrieron dicha
censura, como Pushkin, Lermontov, Turgueniev, Gogol, Dostoievski, Tolstoi, o
Chéjov. La PME estableció una compleja red de espías, delatores y confidente
por todo el Imperio ruso.[1] De
esta manera, el mismo Dostoievski fue perseguido y condenado a una pena de
muerte de la que luego sería perdonado. Este acontecimiento es clave para
comprender la tendencia del autor al que estamos estudiando, puesto que él
mismo pasaría del nihilismo y las creencias filosóficas a un recogimiento
espiritual de vuelta a la fe ortodoxa (algo que lo veremos más claramente al
analizar la obra que nos ocupa).
Por otro lado, está
Londres en plena era victoriana con el apogeo del capitalismo y la revolución
industrial. En el caso de Londres, la represión moral había creado una
situación decadente en la sociedad. Era común para entonces buscar el orden
social y las buenas costumbres, sin embargo, el enriquecimiento de la clase
burguesa, por medio de la explotación laboral de los obreros, y la creciente
clase marginal que vivía hacinada en el centro de la urbe londinense daba
cuenta de las fallas éticas y sociales que la época poseía.
A causa de este
período, surgió en Gran Bretaña una gran gama literaria como por ejemplo la
literatura policiaca, pero también se desarrolló una literatura social: la de
Charles Dickens -una especie de activista
protestante y con ideas progresistas-. Dickens supo ver el cáncer de su época y
realizó, mediante toda su obra, fuertes críticas contra las diferencias
sociales: “…Su crítica social fue elogiada por el ideólogo del socialismo Karl
Marx…Con todo, Dickens, considerado por muchos académicos como el mejor
escritor
[1]
Eduardo, Montagut “El imperio ruso en el siglo XIX” Nuevatribuna.es (enero-2017) en https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/imperio-ruso-siglo-xix/20170101182114135265.html
británico del siglo
XIX, influyó en muchos de sus contemporáneos, como los rusos Tolstói y
Dostoievski…”[1]
Una vez comprendido el
contexto del cual surgen estos dos escritores y de haber puesto sobre la mesa
las influencias de Dickens sobre el escritor ruso, veremos también como la
construcción de las imágenes (en lo poético y estético) y el sentido
filosófico-moral de sus tramas se interrelacionan.
Estética
de la imagen mental frente a la visual
Las obras a comparar, si bien sus tramas
provienen de la literatura, son de tipo interdisciplinar. Tenemos así el texto
narrativo “El sueño de un hombre ridículo” de F. Dostoievski y “A Christmas
Carol” película animada del año 2009, producida por Walt Disney, cuya trama es
la adaptación del cuento homónimo de Ch. Dickens.
Ambos, cine y
literatura son dos disciplinas que, aunque diferentes, procuran lo mismo:
contarnos una historia por medio de una narrativa. En ese sentido tenemos que
tener en cuenta que nuestra comparación partirá desde el efecto imagen; sea esta mental o visual. Puesto
que, la literatura “…es, esencialmente, un arte narrativo que intenta crear
imágenes y sonidos en la mente del lector”.[2] El
cine hace lo mismo, pero con otros signos: “Si la fuerza narrativa en la prosa
viene de los verbos, en el cine procede del movimiento: la cámara y la edición”[3].
Así, en el cuento de
Dostoievski, tenemos a un personaje que empieza con una frase: “Soy un hombre
ridículo. Ahora ellos me llaman loco. Y eso podría haberme supuesto un ascenso
de grado, si no me siguieran considerando igual de ridículo que antes”[4].
El protagonista nos lanza de entrada la afirmación sobre su condición humana,
pero es a medida que leemos el texto que comprendemos por qué, así mismo,
inicia afirmando que ese juicio de quienes le rodean ya no le atormenta pues
conoce la verdad. El personaje de esta historia es un hombre solitario, quien
toda su vida ha sufrido la burla y la rudeza de
[1]“Dickens,
la conciencia de la Inglaterra victoriana”. La
Vanguardia (febrero-2012) en https://www.lavanguardia.com/cultura/20120202/54247621219/dickens-conciencia-inglaterra-victoriana.html
[2]
Renata, Égüez, Literatura y cine:
lecturas paralelas (Quito: Campaña nacional Eugenio Espejo por el libro y
la lectura, Editorial Ecuador, 2007), 36.
[3] Renata, Eguëz, Literatura y
cine…, 36.
[4]Fiódor, Dostoievski, El sueño
de un hombre ridículo. página 1, disponible
en https://mrpoecrafthyde.files.wordpress.com/2016/07/dostoievski-fiodor-el-suec3b1o-de-un-hombre-ridc3adculo.pdf
quienes lo rodeaban. No
obstante, ese mismo hombre es poseedor de grandes conocimientos filosóficos y
académicos por lo que de alguna manera su soledad no le parecería más que el
producto del sin sentido de las cosas; en otras palabras, era un nihilista.
Aunque no le hacía mal
a nadie, tenía una apatía por todo y por todos. Esto le había hecho considerar
la idea de suicidarse. Este quemeimportismo por los otros lo podemos notar
cuando él se refiere a sus vecinos: “…por más que puedan gritar al otro lado
del tabique, y por más gente que pueda haber allí, a mí siempre me resulta
indiferente. Permanezco toda la noche sentado, y la verdad es que ni los oigo,
hasta tal punto me abstraigo y me olvido de que están allí”[1].
Pero esa apatía quedaría relegada justo el día en el que decide suicidarse,
gracias a la aparición de una pequeña niña, la cual le pide ayuda. Él se rehúsa
a atender la súplica de la niña por considerar irrelevante hacer algo hacia
otro el mismo día en el que posiblemente la realidad en la que él vivía se
desaparecería junto con él: “si me suicidaba, el mundo desaparecería, al menos
para mí. Por no hablar de que en realidad era probable que ya nada existiera
tras mi desaparición, y que cuando se apagara mi conciencia, se apagaría y
desaparecería al instante todo el mundo, como si fuera una aparición de mi
conciencia, pues tal vez todo ese mundo, y toda esa gente, no eran únicamente
más que yo”.[2]
Sin embargo, el
encuentro con la niña activaría la apatheia
-concepto griego, antecesor a la doctrina cristiana de “amar a tu prójimo”-, lo
cual le impide que lleve a cabo el suicidio. De esta manera, la muerte es
reemplazada por un sueño inminente que lo envuelve y le permite la experiencia
del apokalypsi, lo revelado.
Toda esta trama hasta el momento
puede ser relacionada con el mismo trasfondo de la obra de Dickens (aunque, si
bien Dostoievski se posiciona frente a una crítica hacia la filosofía con miras
hacia un regreso a los valores del cristianismo ortodoxo, al hacer el bien y al
salir del ensimismamiento de la razón para poder amar al Otro); puesto que, así
mismo, en “A Christmas Carol”, el personaje principal es un hombre solitario y
egoísta, cuyo único
[1] Fiódor, Dostoievski, El sueño…,
5.
[2] * Fiódor, Dostoievski, El
sueño…, 6
*Nótese que esta meditación del personaje se la
puede encontrar con mayor despliegue en la teoría de la reducción
fenomenológica de Edmund Hurssel (1907). Aunque la publicación del cuento es
anterior, Hurssel estaba fuertemente influenciado por las teorías cartesianas,
las cuales Dostoievski critica en este cuento por razones ideológicas y
religiosas.
interés gira en torno al dinero, aun por encima de cualquier persona. Aunque, podríamos pensar que Ebenezer Scrooge es más temido que ridiculizado por quienes le rodean, lo cierto es que es blanco de burlas por su carácter malicioso. Al final Scrooge está tan solo y sin sentido como lo está el personaje de Dostoievski.
De esta manera, el día de la Navidad, Scrooge es visitado por el espíritu de su antiguo socio, Jacob Marley, quien le anuncia que será visitado por tres espíritus más: de la navidad pasada, de la navidad presente y de la navidad futura.
Podríamos pensar que la esencia del cuento de Dickens tiene que ver más con lo fantasmagórico que con lo onírico, de no ser porque la visita de estos espíritus se dan por la noche –pudiendo ser, ¿por qué no?, un sueño-.
En el cuento de Dostoievski hallamos algunas descripciones de tipo fantástico, tan magistralmente narradas, que nos permiten imaginar y sentir las experiencias de este hombre que sueña su muerte. Empecemos con el hecho de que el personaje describe la humedad y el frio de su propia tumba, la angustia de ver el tiempo pasar sin saber qué tiempo está pasando; pero sobre todo, la aparición de un ser indescriptible que lo arrebata hacia el espacio: “…fui tomado por un ser oscuro y desconocido, y ambos nos encontramos en el espacio. De golpe recuperé la vista: hacía una noche profunda, y yo jamás había visto una oscuridad igual. Nos trasladábamos por el espacio, ya muy alejados de la Tierra”.[1] En la línea de esta descripción es que podemos comparar con la animación de “A Christmas Carol” (2009), que a diferencia del cuento original, posee la capacidad de transmitirnos esa movilidad, casi a la velocidad de la luz, que el arrebatamiento del personaje de Dostoievski nos narra.
Imagen extraída de la película “A Christmas Carol”, 2009, Walt Disney.
El tema de la muerte también es importante en la comparación visual de estas dos obras; como se mencionó anteriormente, el personaje de Dostoievski narra su estadía en la tumba, por lo que la relación personaje/cementerio y la oscuridad primaria de la que el personaje se queja, puede ser también percibido en la película animada con el mismo tono onírico y lúgubre.
Imagen de la película.
Imagen de la película.
capitán todos estaban
durmiendo, y alrededor reinaba un silencio como en pocas ocasiones se daba en
nuestra pensión. Lo primero que hice fue pegar un salto, extraordinariamente
asombrado”.[1]
Imagen de película
Imagen de película
cambiando su actitud
frente a su prójimo; así mismo como
en el otro cuento, Scrooge ha aprendido a amar a los Otros.
El
sueño como lugar donde se transforma el alma
Los sueños tienen,
desde el principio de las civilizaciones, una muy cercana relación con lo
divino; tales cosas las podemos ver desde la percepción sumeria, egipcia,
griega, hebrea -si nos referimos únicamente a la Antigüedad-. Pero también es
posible ver estas connotaciones en el desarrollo de la sociedad occidental
moderna gracias al cristianismo y la herencia cultural que posee de los pueblos
antiguos. En ese sentido, podemos no solo ver a estas dos tramas como historias
de tipo fantástico, sino también como historias que poseen un contenido
filosófico. Justamente porque ambas tratan sobre el aprendizaje del hombre a
través de la experiencia del sueño, pero este crecimiento no es del tipo
vivencial, sino más bien espiritual; quien vive todos los sucesos en el sueño
será, entonces, el alma.
Platón (de quien
sabemos se tomó las bases metafísicas para la realización de las teorías
metafísicas del cristianismo) pensaba que en el momento del ensueño el alma
podía acceder a un tipo de conocimiento que en la vigilia no, incluso podía ser
partícipe de conocimientos premonitorios. Pero este conocimiento no solo se
encontraba en Platón, sino que había sido heredado de Sócrates quien tenía influencias
órfico-pitagóricas: “… por la Vida
pitagórica de Jámblico sabemos que Pitágoras preguntaba a sus discípulos
acerca del contenido de sus ensueños y así se informaba del movimiento de sus
almas… esto revela una creencia en una separación momentánea del alma y el
cuerpo durante el sueño”[1].
Con esto no se trata de decir que ambos autores, tanto Dickens como Dostoievski
creyesen en tales afirmaciones, sino más bien de conectar el sentido del
desarrollo de la trama y su mensaje con ciertos conceptos que a primera vista intuiríamos
que pertenecen únicamente al cristianismo, pero que, por lo general, no los comprendemos
como parte de una filosofía del descubrimiento desde los griegos.
De esta manera, al
vincular las manifestaciones del aprendizaje del alma durante el sueño, podemos
también hablar sobre las influencias patrísticas[2]
que poseía Dostoievski y
[1]
Emilio, Suárez de la Torre, “El Sueño y la fenomenología onírica en
Aristóteles”.
Cuadernos de Filología Clásica. Estudios griegos e indoeuropeos Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latino, Vol. 5 año 1973, pág. 283.
Cuadernos de Filología Clásica. Estudios griegos e indoeuropeos Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latino, Vol. 5 año 1973, pág. 283.
sobre cómo él mismo las
utilizó para la conformación de todo un universo onírico primigenio. La visión
de los hombres puros e incorruptos justamente tiene que ver con esa posibilidad
cuasi divina de poder observar el inicio de los tiempos mediante el sueño, el
cual para Platón también era el lugar en donde se desplegaban los deseos… tal
como luego lo desarrollaría Freud en el siglo XIX: “La parte inferior del alma,
explica Platón, da rienda suelta a sus instintos en las fantasías oníricas,
pues ya no está controlada, como en la vigilia, por el nous”[1].
Asumiendo esto, podríamos decir que el sueño es el elemento principal para que
la trama tenga su desarrollo. Tanto Scrooge como el hombre ridículo emprenden un viaje del descubrimiento de ellos mismos
y de los Otros. En el caso de Scrooge, el sueño le revela los tiempos y sus
acontecimientos; en el caso del hombre de Dostoievski, le es revelado un tiempo
mítico que le da respuesta al sin sentido de su existencia. El alma ha
recorrido así, el camino al interior y ha producido conocimiento.
De
esta manera, vemos que existe una influencia de Charles Dickens sobre Fiodor
Dostoievski, que puede ser revisada desde lo contextual como también desde lo
ideológico-filosófico. Ambos escritores poseen creencias espirituales que le
permiten mirar críticamente hacia su entorno. También podríamos decir que la
narración de Dostoievski, en este cuento, posee un dinamismo que nos produce
imágenes mentales que aparecen móviles y no estáticas. Esto hace que sea
posible la comparación del texto con la película animada de “A Christmas Carol”
en cuanto a la estética visual, por ende, es posible hallar la potencia de las
imágenes mentales en esta narración al igual como la potencia de la imagen
visual en la película.
Bibliografía
“A Christmas Carol by Charles
Dickens”. Walt Disney Pictures Image Movers Digital, 2009.
Anzola
Montero, Jaime. “La fenomenología de la conciencia en E. Husserl”. Universitas Philosophica. Bogotá,
Colombia (junio-2007), 127- 147. Disponible en http://revistas.ucm.es/index.php/CFCA/article/view/CFCA7373110279A/34972
“Dickens,
la conciencia de la Inglaterra victoriana”. La
Vanguardia (febrero-2012) en https://www.lavanguardia.com/cultura/20120202/54247621219/dickens-conciencia-inglaterra-victoriana.html
Dostoievski,
Fiódor. El sueño de un hombre ridículo.
Versión PDF, disponible en https://mrpoecrafthyde.files.wordpress.com/2016/07/dostoievski-fiodor-el-suec3b1o-de-un-hombre-ridc3adculo.pdf
Égüez,
Renata. Literatura y cine: lecturas
paralelas. Quito: Campaña nacional Eugenio Espejo por el libro y la
lectura, Editorial Ecuador, 2007.
García García, Santiago D. “La influencia de las
doctrinas patrísticas griegas en ‘El sueño de un hombre ridículo’ ”. University of Granada. Granada, España (diciembre-2016) 51-
Montagut,
Eduardo. “El imperio ruso en el siglo XIX”. Nuevatribuna.es
(enero-2017) en https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/imperio-ruso-siglo-xix/20170101182114135265.html
Suárez de la Torre, Emilio. “El Sueño y
la fenomenología onírica en Aristóteles”.
Cuadernos de Filología Clásica. Estudios griegos e indoeuropeos Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latino, Vol. 5 (año 1973) 279 – 311.
Cuadernos de Filología Clásica. Estudios griegos e indoeuropeos Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latino, Vol. 5 (año 1973) 279 – 311.
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